Ese momento en que alguien de tu entorno cercano que sabes que lo han deseado mucho, pero se han ido encontrando algunas piedras por su camino, te dicen que van a ser padres. Ese momento, es mágico, ese momento se te saltan las lágrimas de los ojos sin poder pararlas, lágrimas de felicidad.
Eso me ha hecho pensar mucho, así se habrán sentido mis padres al tenerme ahí dentro, esperando verme la carita durante 9 meses y alguna semanita más (me hice de rogar). Ahí conocieron realmente la enorme capacidad que tenemos de AMAR, de QUERER sin conocer, de DARLO TODO por alguien que aún no conoces.
Si que es posible que se enamoraran de mi sin yo saberlo. Sin saber cómo sería, sin prejuicios, sin pensamientos, sin nada. Únicamente ahí estaba yo esperando a conocerlos. Ahí es el valor del AMOR.
Y lo que dices es que cuando esa personita aparece en el mundo, ya esa sensación es inexplicable y el amor se multiplica por todo tu cuerpo. Un pequeño escalofrío corre por el cuerpo en dónde el amor, el miedo, el respeto y la responsabilidad te hacen FELIZ.
En ese momento quiero estar presente para ellos y para el pequeño y la pequeña que pronto podré abrazar.
Pd: Para los
regalitos de recién nacido, (lo tengo fácil jajaja), los prepararé con muchísimo cariño para ellos. Ganas de conocerlos y abrazaros muy fuerte.